El análisis semánticoLa noción de semántica deriva del término griego semantikos (“significado relevante”), que, a su vez, tiene su origen en sema (“signo”).
 Así, puede afirmarse que la semántica lingüística pertenece al campo de la gramática y se dedica al estudio del significado de los signos lingüísticos.
La lengua, como un sistema compartido que permite la transmisión de mensajes (la comunicación), necesita que las palabras tengan cierto significado. Ya que la gramática permite describir una lengua, una parte de ella (la semántica) debe encargarse de analizar los significados.
Para una completa descripción de una lengua natural, deben tenerse en cuenta los datos de significado, la referencia lingüística y las condiciones de verdad.

El análisis semántico se aplica a las palabras, pero también a las frases y a las oraciones.
La semántica, por ejemplo, se encarga del referente de las palabras, es decir, de aquello que denotan. Como hay expresiones que pueden compartir el mismo referente pero tener significados diferentes, el estudio de la palabra también debe tener en cuenta el sentido (la imagen mental de lo que algo es).

La semántica, por lo tanto, se encarga de estudiar la denotación (la relación directa entre una palabra y aquello a lo que se refiere) y la connotación (donde entran en juego experiencias y valores asociados al significado).

 En otras palabras, el significado denotativo, conceptual o lógico es el significado básico de una palabra, tal como aparece definido en los diccionarios.

 El significado connotativo, en cambio, se vincula a lo personal o subjetivo.